Salud Mental y Autismo

Mejorar el conocimiento sobre el bienestar emocional y la salud mental es esencial para promover la calidad de vida de las personas con autismo

10 DE OCTUBRE, DÍA MUNDIAL DE LA SALUD MENTAL

  • Coincidiendo con la celebración del Día Mundial de la Salud Mental, Autismo España recuerda que las personas con autismo presentan una alta comorbilidad con trastornos de salud mental.
  • Con el fin de mejorar la capacitación del equipo de profesionales del ámbito sociosanitario, la Confederación ha organizado un ciclo de seminarios sobre Bienestar emocional y salud mental infantojuvenil en personas con trastorno del espectro del autismo.

Fuente: Autismo España

La prevalencia de la enfermedad mental en la población mundial se sitúa entre el 10% y el 20% (Martín et al., 2003). En el caso de España, la prevalencia estimada para cualquier trastorno mental es del 17,6%, siendo más alta en mujeres (20,8%) que en hombres (14,2%) (The European Opinion Research Group, 2003).

Por lo que respecta a las personas con trastorno del espectro del autismo (TEA), estos trastornos mentales son significativamente más frecuentes en comparación con el resto de la población (Croen et al., 2015). Diversos estudios apuntan que siete de cada diez personas con TEA presentan al menos un trastorno comórbido de salud mental a lo largo de su vida y experimentan altos niveles de malestar psicológico.

Asimismo, los datos de prevalencia para las personas con TEA son en general más altos que el resto de la población, y es común que manifiesten más de un trastorno comórbido. (véase Leyfer y otros, 2006; Simonoff  y otros, 2008). Los más frecuentes suelen ser los trastornos del estado de ánimo (depresión) y los trastornos de ansiedad, que afectan en mayor medida a las personas con TEA mayores de 40 años (Happé y Charlton, 2011; Lever y Geuters, 2016; Matson y Nebel-Schwalm, 2007; Stuart-Hamilton et al., 2009), aunque también se presentan otros trastornos con una frecuencia relativamente alta (trastornos de la alimentación, catatonia, etc.), que tienden a disminuir a partir de los 55 años de edad (Lever y Geurts, 2016). En niños, niñas y adolescentes se han encontrado tasas de un 70% con trastornos clínicamente diagnosticados, teniendo el 40% más de un trastorno comórbido asociado (Simonoff et al., 2008). Entre ellos, los más frecuentes señalan la ansiedad, los déficits atencionales y el trastorno negativista desafiante. Disponer de un diagnóstico y una intervención temprana son claves para minimizar su impacto y promover un afrontamiento positivo de estas condiciones de salud.

En muchas ocasiones, esta sintomatología psiquiátrica resulta infradiagnosticada en el TEA, asumiéndolo en ocasiones como manifestaciones de las propias características nucleares del trastorno. Además, la identificación de los síntomas es más compleja en aquellas personas que presentan una discapacidad intelectual asociada y déficit en el lenguaje, lo que puede provocar no abordarlo mediante las intervenciones y mecanismos adaptados al caso y a la persona.

No cabe duda que es necesario más investigación a este respecto, puesto que la falta de medidas y herramientas específicas validadas para su identificación y evaluación en personas con TEA hace difícil abordar estas cuestiones relativas a la comorbilidad del TEA y de los trastornos que afectan a la salud mental (Howlin et al., 2015). Resulta esencial incrementar el conocimiento sobre la prevalencia de estos trastornos y la relación con otras variables, con el objetivo de facilitar su detección y contribuir al desarrollo y puesta en marcha de estrategias de intervención y abordaje integral. Sin duda, el abordaje específico de los trastornos psiquiátricos presentes en el TEA supondrá no sólo una mejora en la calidad de vida de las personas con TEA (a través el incremento de la capacitación de los profesionales que trabajan en los servicios de atención y apoyo al colectivo), sino que contribuirá al diseño de políticas públicas y medidas eficaces, eficientes y sostenibles para darles respuesta a sus necesidades específicas.

I seminario sobre Bienestar emocional y salud mental infantojuvenil en personas con TEA

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Precisamente de esta necesidad nace el proyecto “Bienestar emocional y salud mental infantojuvenil en personas con TEA”, que desarrolla Autismo España, y que cuenta con el patrocinio de la Fundación Probitas. Su principal objetivo es aumentar el conocimiento sobre la salud mental en infancia y jóvenes con TEA y su repercusión en el bienestar emocional, contribuyendo así a favorecer la formación para la detección y abordaje para profesionales.

El proyecto constará de un ciclo de dos seminarios con cuatro jornadas entre octubre y noviembre, que se celebrarán en el salón de actos de la Fundación ONCE (Calle Sebastián Herrera, 15, Madrid). En ellos, distintos profesionales nacionales e internacionales debatirán sobre la situación y las necesidades de la población con TEA infantojuvenil, los avances en la investigación sobre el autismo e implicaciones en la práctica en la atención a la salud mental y bienestar emocional.

El programa de la primera parte de este I seminario sobre Bienestar emocional y salud mental infantojuvenil en personas con TEA está disponible aquí.

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